A principios de agosto distribuimos una encuesta electrónica sobre “La experiencia de trabajo con mi supervisor” a personas de diferentes cargos en distintas empresas. Quienes contestaron la encuesta recibieron un informe detallado de los resultados. En esta entrega comentamos algunos detalles de la opinión de los encuestados.
Mejor de lo esperado
Considerando que la encuesta era anónima, voluntaria y multisectorial, supusimos que los resultados tendrían tono de denuncia. Pues no. Los niveles de supervisión salen muy bien parados en la evaluación general. En el siguiente gráfico se observan las diez conductas mejor percibidas por los colaboradores.
Considerando que la encuesta era anónima, voluntaria y multisectorial, supusimos que los resultados tendrían tono de denuncia. Pues no. Los niveles de supervisión salen muy bien parados en la evaluación general. En el siguiente gráfico se observan las diez conductas mejor percibidas por los colaboradores.
Si se compara el gráfico anterior con el siguiente, que define las diez conductas menos observadas, podrá notarse que las quejas tienen porcentajes menores.
Bien en conocimientos y actitud
Los encuestados consideran que sus jefes tienen conocimientos y muestran actitudes adecuadas, aunque tropiezan en los métodos de trabajo, especialmente en la planificación, el desarrollo de carrera, la orientación a la mejora continua y la integración/coordinación de los equipos.
En el siguiente cuadro se muestran las conductas menos observadas (El mayor porcentaje indica mayor carencia) en la dimensión “método de trabajo”.
Los que muestran mayores dificultades con el planeamiento de sus jefes son los gerentes y los que no tienen personas a cargo. Es decir, los más desordenados parecen ser los directores (jefes de los gerentes) y los supervisores (jefes de quienes no tienen personas a cargo).
Los que señalan que sus jefes no atienden la mejora continua son quienes no tienen personas a cargo y los gerentes. De nuevo, los menos preocupados por la calidad y los servicios internos parecen ser los supervisores y los directores.
Los jefes dicen que sus jefes (los gerentes), alientan poco la integración y la coordinación de los equipos de trabajo. ¿Será por la presión que ejercen para lograr resultados?
Lo que se espera de quienes conducen personas
Planificación, desarrollo laboral, mejora continua y coordinación en el equipo, son temas centrales en la función de cualquier nivel de supervisión. Sin embargo los encuestados ubican allí las mayores carencias de sus supervisores.
¿Cómo se explica que sean las conductas menos observadas en las empresas? Una explicación probable se orienta a la falta de tiempo, a la saturación de tareas técnico/administrativas, es decir, no vinculadas con la gestión de personas. Un jefe saturado postergará esos temas para asegurar las metas, porque las metas no pueden demorarse y la gestión de personas admite mayor elasticidad.
Otra explicación posible, es que no sepan cómo hacerlo. Para esos temas, además de la intención, existen métodos, recursos prácticos, herramientas de gestión.
El problema es que esos temas no suelen figurar en las ofertas estandarizadas de capacitación porque no aceptan modelos universales. Deben crearse bajo la operatoria propia de la cultura de la empresa y la dinámica del negocio.
¿Qué sucede cuando esos temas se postergan reiteradamente? Un jefe que no planifica ni ayuda a planificar desplaza su desorden a todo el equipo.
Las metas podrán cumplirse pero con baja eficiencia. Eso significa errores, reprocesos, circuitos complicados, baja sincronización, roces en el equipo, trabajo conducido por las urgencias, aumento de los riesgos operacionales.
En otra investigación que acaba de concluir con jefes de las sucursales más exitosas de un Banco, preguntamos por las cinco tareas más importantes de las jefaturas. Las respuestas privilegiaron, en palabras cotidianas, una planificación muy aceitada y la relación con los colaboradores.
“Organizar al equipo es lo primero. Si no estamos muy cerca y el equipo no anda bien, todo el resto se complica.” Nos explicaban los jefes de las sucursales con mayores logros en todas las variables.
Planificación, desarrollo, mejora continua y coordinación en el equipo, no sólo reflejan las expectativas de la gente sobre sus jefes. También parecen ser las claves para que el negocio funcione como los accionistas esperan. ©
Los jefes dicen que sus jefes (los gerentes), alientan poco la integración y la coordinación de los equipos de trabajo. ¿Será por la presión que ejercen para lograr resultados?
Lo que se espera de quienes conducen personas
Planificación, desarrollo laboral, mejora continua y coordinación en el equipo, son temas centrales en la función de cualquier nivel de supervisión. Sin embargo los encuestados ubican allí las mayores carencias de sus supervisores.
¿Cómo se explica que sean las conductas menos observadas en las empresas? Una explicación probable se orienta a la falta de tiempo, a la saturación de tareas técnico/administrativas, es decir, no vinculadas con la gestión de personas. Un jefe saturado postergará esos temas para asegurar las metas, porque las metas no pueden demorarse y la gestión de personas admite mayor elasticidad.
Otra explicación posible, es que no sepan cómo hacerlo. Para esos temas, además de la intención, existen métodos, recursos prácticos, herramientas de gestión.
El problema es que esos temas no suelen figurar en las ofertas estandarizadas de capacitación porque no aceptan modelos universales. Deben crearse bajo la operatoria propia de la cultura de la empresa y la dinámica del negocio.
¿Qué sucede cuando esos temas se postergan reiteradamente? Un jefe que no planifica ni ayuda a planificar desplaza su desorden a todo el equipo.
Las metas podrán cumplirse pero con baja eficiencia. Eso significa errores, reprocesos, circuitos complicados, baja sincronización, roces en el equipo, trabajo conducido por las urgencias, aumento de los riesgos operacionales.
En otra investigación que acaba de concluir con jefes de las sucursales más exitosas de un Banco, preguntamos por las cinco tareas más importantes de las jefaturas. Las respuestas privilegiaron, en palabras cotidianas, una planificación muy aceitada y la relación con los colaboradores.
“Organizar al equipo es lo primero. Si no estamos muy cerca y el equipo no anda bien, todo el resto se complica.” Nos explicaban los jefes de las sucursales con mayores logros en todas las variables.
Planificación, desarrollo, mejora continua y coordinación en el equipo, no sólo reflejan las expectativas de la gente sobre sus jefes. También parecen ser las claves para que el negocio funcione como los accionistas esperan. ©
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